Un claro ejemplo de su originalidad se manifiesta en sus textiles, de gran riqueza artística gracias a su decoración con formas geométricas y su coloración con tintes polícromos de origen natural.
Se conoce que, para elaborar estos textiles o mantos hechos a mano, los shipibos toman ayahuasca, alucinógeno con el cual visualizan las formas y diseños en su mente que luego plasman en su creación final. Cada detalle de los textiles que confeccionan posee un significado que puede representar ríos, lagos y caseríos de la zona.