Las mujeres nobles también usaban collares de jade y concha, además de aretes, a menudo se maquillaban la cara con tinta roja.
Los hombres nobles también se adornaban con capas multicolores, collares, brazaletes, taparrabos, productos hechos con plumas del preciado quetzal y bezotes, que fue uno de los ornamentos que caracterizó al mundo mesoamericano.