La actividad de Camila es una retrospectiva en el tiempo mítico, ese submundo de transfiguraciones, donde todo ha pasado y sigue pasando en un secreto invisible que se encuentra en los recovecos del sueño. Cráneos alargados, pipas funerarias, rostros deformedados, máscaras de rituales aún no descifrados. Camila se introduce en ese mundo de oscuras connotaciones mágicas, crea unas esculturas donde al sólo observarlas, se respira lo sacro, el misterio y lo simbólico, de un mundo supuestamente no entendible en nuestro medio.