Aarón y sus hijos fueron escogidos por Dios para ser sacerdotes, siendo Aarón el primer sumo sacerdote.
Los pertenecientes a la tribu de Leví eran considerados herederos de ese oficio sacerdotal, estaban separados de las otras tribus, no poseían tierras, y recibían el diezmo de los demás, dedicándose sólo y exclusivamente al culto.
El sacerdocio no aparece enseguida en la Biblia. Para dar culto a Dios, Abrahám no se dirigía a un sacerdote.