En la foto: Valentina Tereshkova, junto a su hija Elena.
Tereshkova ha sufrido consecuencias negativas en su cuerpo. Además de que a su vuelta no pudo ponerse en pie durante casi un mes por la enorme pérdida de calcio que sufrieron sus huesos, el único embarazo que tuvo en su vida resultó muy complicado y tuvo que ser hospitalizada en múltiples ocasiones. El parto de su hija no fue tampoco sencillo y, aunque el bebé tuvo una apariencia normal, nació muy débil, tuvo que ser alimentada de manera artificial y hasta los cinco años requirió control médico continuado.